El Último Liliputiense
domingo, abril 27, 2008
07. Recomenzando

"Ayer fui cerca de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Santiago y quise pasar por donde hay un jardín de rosas, iba distraídamente cuando de repente veo que algo se mueve, pensé que podía ser un perro , es normal que acá los haya, pero no era así, me acerque para tratar de ver de que se trataba , pero aunque parezca una locura creí haber visto a un hombrecillo con la espalda apoyada en una piedra, pero para su tamaño parecía una roca, no se si estaba pensado, distraído o durmiendo, lo mire de medio lado, no se le veía la cara desde donde yo estaba, frente a la extraña pequeña presencia me quede perpleja, no era un niño pequeño, no era un gato o un ave, era un "ser humano" pequeño. Antes que advirtiera mi presencia me alejé cautelosa para no llamar su atención, me preocupó asustarle o darme cuenta que era producto de mi imaginación (lo que no seria problema para mi, siempre tengo duendecitos dando vuelta por mi cabeza)… Pero ¿Y si fuera de verdad? Si no es producto de mi imaginación...... ¿Que hago? ¿Vuelvo allá? ¿Debería? Y sacarme la duda de una vez por todas... ¡¡¡¡Es que se veía tan real!!!... Juro que fue muy extraño para mí, no me atreví a acercarme ni moverme un solo milímetro... ¡Que locura! creo voy a ir y voy a darme cuenta que fue producto del stress (pobre stress siempre tiene la culpa de todo), después de esto creo que cumplo con el perfil que se requiere para el Patio de orates....
Ya sé que voy a hacer...me decidí mientras escribía....VOY A VOLVER A LOS ROSALES, mi curiosidad es mayor, lo peor que puede pasar es que me termine de convencer que estoy loca (¡Tremenda novedad! descubrí el Technicolor)... ¿Y si es de verdad y me habla?... Si existe algún modo de comunicarse con él o ella.......

Ya estoy desvariando."

"Desde que estoy en este mundo gigante, me había escondido, y lo había hecho bastante bien. Sin embargo ayer cometí un error fatal, estaba tan cansado de escabullirme, sobre todo de los perros, que sin querer dormité un poco, a vista y paciencia de todo aquel que quisiera pasar por el lugar. Por suerte no estaba demasiado a la vista, pero fue suficiente para que una de las gigantescas mujeres que habitan en esta tierra me viera, mi estupefacción me inmovilizó, lo bueno fue que a ella también. Es la primera vez que alguien me ve desde que llegué a este nuevo lugar y no sé qué irá a hacer, por ahora trataré de seguir escondido, de sólo escuchar los atronadores pasos de estos gigantes me aterro. Si esta gigante me ha de encontrar, sólo espero que sea una gigante buena... si es que eso es posible. Debo ser justo, Ibon no era mala, sin lugar a dudas estaba muy bien con ella, mejor de lo que estoy ahora, a la deriva, solo en un mundo colosal. Ya veremos mañana qué pasa."